Son numerosos los estudios científicos que han analizado los riesgos que conlleva hacerse un piercing en la boca. Te contamos cuáles son las complicaciones más comunes que están asociadas a este tipo de perforaciones:
Dolor: puede ser temporal o prolongarse durante varios días.
Inflamación: suele durar entre 3 o 4 días.
Hemorragia: los piercings en la boca tienen tendencia a producir sangrado.
Infección: alrededor del 20% de las perforaciones desencadenan en algún tipo de infección.
Alergia: los metales o la silicona pueden desencadenar en problemas de alergia. Problemas en las encías: al estar en estrecha relación con el tejido gingival y por el roce continuo que se genera con los movimientos naturales al hablar o comer, es posible que se produzcan problemas en las encías.
Sialorrea: la sialorrea es la mayor producción de saliva y puede desencadenarse al colocar un elemento extraño en la boca.
Rotura del esmalte dental: el roce constante del piercing con los dientes puede provocar pequeñas fracturas. Al principio son imperceptibles, pero luego pueden aumentar el riesgo de caries y el deterioro de las piezas dentales.
Diastemas: la propia presión del piercing sobre los labios puede provocar diastemas (malas posiciones de los dientes).
Dificultad en el habla o al tragar: en algunos casos, podría dificultar la pronunciación o la masticación.